domingo, 6 de noviembre de 2011

te quiero


y
volvamos reencarnándonos en dos vidas idénticas y 
cuando en el
umbral redescubierto de una noche de miércoles 
pretérita tras
chocarme contigo, girándote, me digas: uy, perdóname, 
ruego que
permita al Dios autentico que recuerde el futuro de 
este cántico, y
anticipándolo, pueda mirarte directo a los ojos y 
conociéndolo muy
bien, sabiendo el de venir de futuras esdrújulas, 
destrozando de un
pisotón mi brújula te diga: Solo quiéreme”.

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